Núcleo Milenio suma un nuevo investigador postdoctoral

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    Kevin Simpson, doctor en Ciencias Biológicas con mención en Genética Molecular y Microbiología se une a nuestro centro de excelencia para trabajar con comunidades de bacterias en dispositivos microfluídicos.

    Ingeniero en Biotecnología Molecular (UChile), magíster en Ciencias Biológicas (UChile) y doctor en Ciencias Biológicas, con mención en Genética Molecular y Microbiología (UC), Kevin Simpson se une este año al Núcleo Milenio Física de la Materia Activa como investigador postdoctoral para estudiar, desde la física y la biotecnología, las comunidades de bacterias en dispositivos microfluídicos.
    Un área en la que ya trabajó en su tesis doctoral junto al doctor Fernán Federici (UC) y el doctor Juan Keymer (U. de Aysén), quienes fueron sus profesores guías; mientras que la doctora María Luisa Cordero fue parte de su comisión de evaluación. Tanto Keymer como Cordero son investigadores principales del Núcleo Milenio Física de la Materia Activa, centro de excelencia en el que participan investigadores de las universidades de Chile, Aysén y Mayor. “Fue Juan Keymer quien me comentó que había un puesto postdoctoral disponible y que sería bueno que postulara para que trabajáramos en conjunto con María Luisa en explorar sistemas biológicos bacterianos en dispositivos microfluídicos, enfocándonos en los aspectos biofísicos de las comunidades microbianas”, cuenta.

    Multidisciplinariedad
    Investigar y descubrir cosas es algo que apasionó a Kevin desde niño y aunque todas las áreas científicas eran de su interés, terminó optando por la biología. Pensó en ser médico, pero prefirió las plantas y las bacterias, por lo que ingresó a Biotecnología en la Universidad de Chile. Hoy, de regreso en esta casa de estudios, cree que la física es muy relevante para entender diferentes procesos biológicos. “Existen varias teorías y modelos provenientes de diferentes áreas de la física que sirven para estudiar las dinámicas de procesos biológicos a diferente escala. Por ejemplo, en mi tesis de doctorado con Fernán y Juan utilizamos un modelo de mecánica estadística para estudiar cómo patrones biológicos emergen en poblaciones bacterianas. Hay varios problemas que existen en biología que probablemente ya han sido resueltos por la física, por eso creo que es súper necesario que exista una comunicación fluida entre estas dos ciencias”, dice Simpson.
    Eso es justamente lo que pretende hacer en su investigación postdoctoral. La doctora María Luisa Cordero, directora alterna del Núcleo Milenio Física de la Materia Activa lo explica: “buscamos estudiar la formación de patrones de bacterias móviles en dispositivos microfluídicos, cuando hay dos cepas bacterianas que interactúan entre sí, afectándose una a otra en su movilidad. Para eso, la experiencia en genética molecular de Kevin es super importante, porque le permite modificar genéticamente a las bacterias para generar este tipo de interacciones. Este tipo de colaboraciones multidisciplinarias son súper emocionantes y esperamos tener resultados muy interesantes”, sostiene.

    Laboratorios en un chip
    Una mirada que Simpson comparte y a la que agrega otra gran motivación: ampliar sus conocimientos en la fabricación de dispositivos microfluídicos, un área en la que ya indagó durante su doctorado, cuando trabajó con el grupo de investigación del Dr. Peter Galajada, en Hungría. “Ellos son expertos en el diseño y fabricación de dispositivos microfluídicos. Fue una estadía corta, pero quedé fascinado con esta herramienta que me permitía estudiar el comportamiento de bacterias a nivel de célula única o de población. Al volver a Chile traté de continuar trabajando en los diseños que había hecho en Hungría, pero por varios motivos, entre ellos la pandemia, no pude avanzar todo lo que me hubiese gustado. Es por eso que el postdoctorado en el Núcleo era una súper buena oportunidad para continuar aprendiendo y utilizando esta herramienta”, dice.
    Esto, porque en Chile, la doctora María Luisa Cordero es una de las grandes expertas nacionales en la fabricación de estos microdispositivos que, además de ser hechos a la medida de cada investigación, tienen tamaños no mayores a un posavasos, lo que permite tener un verdadero laboratorio en miniatura (lab-on-a-chip). “María Luisa tiene todos los equipos necesarios para empezar desde cero a fabricar dispositivos microfluídicos. Entonces, como soy biólogo y he trabajado bastante con bacterias, la idea es mezclar la experiencia de la doctora en microfluídos y mi experiencia con bacterias para estudiar sus dinámicas (en estos dispositivos)”, concluye.