La biología integradora ha surgido como una reacción contra los enfoques reduccionistas que dominaron la última era de la biología. Como los biólogos tienen como objetivo comprender las células en sus entornos naturales, ya sea microbiomas o tejidos, la inclusión de principios ecológicos y evolutivos en el análisis ha sido crucial. Incluso el enfoque sintético, construido para comprenderlo, ha comenzado a considerar el potencial de las interacciones ecológicas del paisaje para diseñar sistemas biológicos. Este campo emergente de «biología espacial»,cuyo objetivo es comprender el papel de las relaciones de adyacencia en la estructuración de las comunidades celulares, se está convirtiendo en un marco central para unificar sistemas biológicos que de otro modo serían diferentes.
En esta nueva línea de investigación del Núcleo Milenio, estudiaremos el papel de la inercia conductual en la estructuración de agrupaciones de panibacillus.